
Hoy 16 de julio, es la Festividad de Nuestra Señora del Carmen o Santa María del Monte Carmelo, una de las advocaciones, más extendidas por España. Su denominación procede de su veneración en el Monte Carmelo, en Tierra Santa, cerca de Haifa.
En el Monte Carmelo hay dos lugares de especial devoción y presencia carmelitana: A-Muhraqa, el Sacrificio de Elías, y *Stella Maris,* donde se encuentra el monasterio y la iglesia de la Virgen.
Carmelo o Carmen derivan de la palabra hebrea Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como ‘jardín de Dios’. La veneración de esta advocación mariana ha sido difundida en el mundo por la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, llamados carmelitas.
En España, es patrona del mar y las Fuerzas Armadas Españolas, también de los marineros, pescadores y gentes del mar. Numerosos pueblos marineros de España, en este día, tienen la tradición de venerar a la Virgen del Carmen, con una romería marítima, en la que la Virgen es subida a alguno de sus barcos y en medio del mar, y seguida de los demás botes y lanchas engalanados, tocan sus sirenas, bendicen el mar, y le cantan a la Virgen, la salve marinera, con una devoción ancestral, dándole las gracias por tener la oportunidad de volver a salir cada día a faenar, bajo su protección. En una expresión sincera de la Fé, religiosidad y confianza en ella.
Esta advocación da nombre a todas aquellas personas que se llaman Carmen, Carmela o Carmelo. Según la tradición carmelita, el 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le había aparecido, a San Simón Stock, superior general de la Orden. Radiante y rodeada de una multitud de ángeles, Nuestra Señora del Monte Carmelo se apareció al anciano monje cuando estaba arrodillado en oración en Aysfort, Inglaterra, dándole el escapulario marrón carmelita, signo del culto mariano carmelita, prometiendo librar del castigo eterno a los que lo llevasen en el momento de su muerte. _*»Recibe, mi querido hijo, el Escapulario que te presento a ti y a tu Orden. Es un signo de predestinación. Quienes mueran con este signo de amor no sufrirán el fuego eterno.»*_

A partir de esta misericordiosa intervención de la Madre de Dios, la Orden Carmelita floreció, acrecentando en toda la Iglesia Católica la devoción a la Santísima Virgen.
La Virgen lleva en su brazo derecho el escapulario marrón, con una Cruz por una cara y por la otra la montaña del Carmelo, para indicarnos que debemos seguir a Jesús en todas la cruces de nuestra vida y ascender a las cumbres de la santidad siguiendo las virtudes que Ella enseñó a la Orden Carmelitana.